martes, 16 de febrero de 2010

ENSAYO TRABAJO PARCIAL 1. AQUÎ Y AHORA EN PRO DE LA CONCIENCIA ÉTICA

AQUÍ Y AHORA EN PRO DE LA CONCIENCIA ÉTICA


Propuestas de Desarrollo en los ámbitos familiar, profesional y educativo









Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas

(MCyTE)

Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa

ILCE

 

 

Agenda 3-4. Ensayo Trabajo Parcial 1.

MÓDULO DE INVESTIGACIÓN 2010-1

Alumna: Dunechska Calderón Rmz.

Grupo 02

Sede: ILCE-Puente

Tutora: Mtra. María del Rosario Freixas Flores










Palabras clave: Plagio, comprensión objetiva, comprensión intersubjetiva, Código de ética.



Resumen

Trabajar para humanizar mediante un código de ética que funcione como eje rector de nuestra conducta en todos los ámbitos (personal, laboral y profesional) es la misión aleccionadora que pretenden incorporemos los autores Rojas Soriano (1992) y Morín Edgar (1999) para erradicar conductas indebidas como el plagio académico y actos carentes de comprensión. La misión será que cada individuo piense y actúe acorde a una Ética del Género Humano siempre encaminada a la democratización del conocimiento como plasma Morín.

Mediante un autoanálisis propongo algunas sugerencias en pos de la conciencia ética las cuales pueda establecer en mi entorno familiar, profesional y como alumna de la MCyTE.

Introducción

Producto de la lectura y reflexión podemos emprender un andar firme y certero al generar un marco de referencia acerca de dos temáticas: El Plagio en el Trabajo Científico, Rojas Soriano (1992) y las propuestas que brinda Morín, Edgar (1999) en relación a “Los siete saberes necesarios para una educación del futuro” éste último, respecto a la “comprensión” y “La ética del género humano”.

Pese a que estos aspectos han sido analizados desde décadas anteriores al siglo XXI, aún requerimos que se amplíe la participación en ejercicios cognitivos desde distintos ámbitos del saber e incorporarlos de manera apremiante para modificar costumbres, acciones y graves males que siguen dañando a las sociedades de todo el orbe. Ambos temas, deben analizarse a profundidad para coadyuvar en un cambio certero de las conciencias y acciones del individuo y por ende de la sociedad.

Sirvan estos análisis realizados a los dos documentos, para partir con éste primer Ensayo como trabajo parcial 1 en el Módulo de Investigación de la MCyTE en el CECTE-ILCE periodo 2010-1.

 
• Propuestas de Desarrollo

La búsqueda actual de los procesos educativos pretende modificar y transformar el trabajo que se ha venido desarrollando a lo largo de la historia. La inserción del aprendizaje activo acorde a Santos (2001), Bonbelli, E., Barberis, J.G. y Roitman, G. (2007) coinciden en validarlo como un mecanismo que está generando que los alumnos “aprendan a aprender” desde la generación de nuevos conocimientos, en donde pueden involucrarse de principio a fin en los procesos y esto los convierte en “seres auto -gestivos”.

Es viable llegar a la autogestión a base de acciones constantes, los alumnos aprenden a indagar, experimentar, razonar, cuestionar, opinar y otros factores que irán favoreciendo la consolidación del saber mediante un camino conformado por la ética.

¿Por qué señalo lo anterior? Bien, creo que el plagio en el trabajo científico sigue vigente como un acto contrario a la ética educativa, ya Benitez Bribiesca en Rojas Soriano (1992) recuerda que el “plagio” siguen realizándolo alumnos, maestros, investigadores, comunidad académica y diversos sectores, debido a “la falta de una verdadera formación como científicos”, al evidenciar que:

En distintos planes de estudio de muchas carreras no incluyen materias sobre técnicas de investigación documental, en donde se enseñan este tipo de requisitos para redactar artículos científicos, proyectos de tesis o cualquier tipo de trabajo de investigación. Pág. 1

Más adelante afirma que “ve al plagio de planteamientos como un acto de deshonestidad intelectual”. Si bien, coincido con los aspectos que señala, creo que el antecedente a esta grave problemática del plagio académico y científico radica fundamentalmente en cómo formamos el intelecto de cada individuo. Si nos trasladamos a los primeros años de vida de un niño (a) de 0-6, un alto índice de padres primerizos nos esforzamos sobrehumanamente en proporcionar todos los requisitos que puedan tener. Independientemente de las necesidades básicas como sustento, ropa, hogar, etcétera, que forman parte de nuestros deberes y obligaciones al asumir el compromiso de la paternidad.

Pero creo que, en este afán por asumir el rol de padres responsables tratando de equilibrar las necesidades físico-afectivas, actuamos con dosis de temor y este sentir repercute en los infantes al coartar que ellos mismos aprendan a coexistir y cohabitar siguiendo su instinto básico de exploración.

Años posteriores, nuestros hijos acuden a los diferentes grados con actitudes habilitadas o hasta impuestas desde el núcleo familiar. Ya para cuando cada individuo llega a nivel profesional, comprobamos que la mayoría no puede razonar o analizar por sí sólo algún texto o ejercicio dentro de las áreas del saber, o aunque cuente con la habilidad intelectual para realizar ejercicios cognitivos, los alumnos están en espera de que todo el “saber” se les proporcione bajo lineamientos previamente articulados o elaborados para facilitar su proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, dado que este siglo XXI vive un acelerado crecimiento digital, y habilitado en todos los ámbitos o áreas del conocimiento, es necesario que los alumnos aprendan a participar de constantes ejercicios cognitivos que los lleve a una razonada selectividad de la información, la cual les permita depurar, conservar y desechar los elementos y conocimientos que serán útiles e idóneos para sus distintos niveles de aprendizaje.

No toda la información que hay en la web podremos conocerla a lo largo de nuestra vida (dado el constante fluir de metadatos), pero sí experimentar navegaciones colmadas de selectividad basada en el aprovechamiento de los espacios virtuales. Con esta visión y/o interpretación pretendo indicar que desde el propio entorno familiar y social hemos sido copartícipes en formar seres incapaces o temerosos por experimentar el proceso de inmiscuirse en la propia búsqueda y adquisición del conocimiento. Por ello se incurre en el plagio por el sencillo desconocimiento de un código de ética y la práctica constante de permanecer en estados “pasivos” semejantes a un estado alienado del ser.



Por otra parte, la misión que comparte Morín (1999) respecto a los siete saberes fundamentales para las actuales generaciones de alumnos, educadores y sociedades universales nos abren un panorama alentador. De entrada debemos asimilar la existencia de las dos comprensiones que señala el autor:

1. La intelectual u objetiva, que pasa por la inteligibilidad y

2. La comprensión humana o intersubjetiva, quizá la más basta puesto que apunta, “es insuficiente para la comprensión humana”.

Es urgente que trabajemos la comprensión humana o intersubjetiva, Morín nos invita a un recorrido colmado de humanismo, dado que es más compleja pero no por ello imposible de habilitarla. Debemos entender que aunque vivimos en una “aldea global” en constante divergencia, podemos generar estados de “empatía” y respeto por el otro, por el opuesto o contrario –llámese individuo, credo, raza o tantos tópicos que pudieran generar una lucha de contrarios-. Para tomar las riendas y responsabilidades respecto a este cambio, primero hay que canalizarlas a nuestro ser (psique) para que exista una coherencia entre lo que “digo y hago” para tener la capacidad razonada de fluir en torno a la “introspección” que recalca Morín. Así podremos compartir un compromiso honesto que marcará acciones y obtención de resultados tangibles. Todo conlleva una línea de acción, si hay ética en mi conducta para cada uno de los roles que represento (alumna, maestra, profesionista), habrá coherencia y equilibrio en todos mis actos.

Debo actuar con una autoevaluación constante de mi proceder en el núcleo más inmediato: mi familia. ¿Soy congruente en mi papel de madre? ¿De qué forma me comporto frente a mi hija de 4 años? ¿Soy tolerante respecto a diversos aspectos relacionados con el diario existir? ¿Qué tanto aplico los valores cívicos y sociales? Estoy consciente de que he tratado de habilitar buenas acciones respecto a los valores cívicos y ciudadanos, pero sé que debo mejorar mi papel frente a la tolerancia hacia lo que hacen o piensan los demás.

Me molestan diversas tópicos respecto a vivir en esta gran urbe que es la Cd. de México pero debo habiitar una tolerancia más bien propositiva yreflejarla ante mi hija.

Un valor agregado pudiera ser que mi hija de 4 sabe que no debe tirar basura por ningún motivo en la calle, pero eso lo sabe por la repetición constante que se le da en casa y escuela acerca de los deberes ciudadanos.

Pero también me preocupa que dentro de ese código de “ética del género humano” que enlista Morín (1999) procuremos evitar caer a toda costa en un papel de “jueces y verdugos”. ¿Quién soy para apuntar con el dedo y señalar supuestos errores en el proceder de mis semejantes? Titánica batalla para interiorizar la verdadera “tolerancia”. De entrada un primer ejercicio que me lleve a propiciar la “interiorización” de mi código de ética es y será asumir un compromiso de aprender a ser disciplinada conmigo misma, honesta en cuanto a mis horarios de trabajo de estudio independiente, estar atenta al llamado del trabajo colaborativo, y nunca bajar la guardia en la autoconfianza. Siempre caminar con ojos cautelosos y procurar un andar certero, pero claro está, inclusive, habrá caídas aleccionadoras las cuales me vayan guiando por el camino de la investigación educativa. De seguir comprometida con la Maestría mediante un pensamiento crítico fuerte podré vincularme seguramente a un proyecto dentro del área de la comunicación (medios electrónicos, concretamente Radio Cultural y Educativa) que pueda investigar momentos y circunstancias con miras a generar propuestas de beneficio social. Debemos continuar comunicándonos para propiciar un acercamiento real entre individuos, bajo el paradigma de la comprensión que propone Morín (1999) al seguir “el Bucle individuo-especie: Enseñar la Ciudadanía Terrestre”.

Finalmente considero: No podemos dejar para mañana lo que urge hacer hoy.

Aquí y ahora debemos autoproclamarnos a favor de la transformación de nuestra conducta y desempeño como individuos, habilitar en nuestra persona, hogar y desempeño profesional un código de ética honesto, porque puedo elaborar el mejor listado de elementos y conductas a seguir y no cumplirlas, o bien hacer como que cumplo alguna y paso por alto las demás. También debe haber coherencia y unificación en todos los niveles, no puedo pretender utilizar la ética sólo el mi desempeño profesional y en mi vida personal bajar la guardia.

El compromiso es, postularnos a favor de transformar consciencias como apunta Morín, para que la antropoética asuma su misión antropológica del milenio: Trabajar para la humanización de la humanidad. El mañana es incierto, ¿por qué postular siempre que el futuro podrá ser mejor?, éste presente puede ser el indicado y lo estamos desaprovechando tanto.



Referencias:



Bombelli E, Barberis, J. y Roitman, G. (2007). Foros de discusión cerrados
                como herramienta tecnológica pedagógica y colaborativa en la educación superior.  
                Universidad de Buenos Aires, Argentina. Revista Iberoamericana          de Educación.Pp.1-5. Recuperado el jueves 22 de octubre de 2009.


Morín, Edgar (1999). “Los siete saberes necesarios para la educación del
            futuro”. Correo de la UNESCO. 1999.



Rojas Soriano Raúl (1992). “Formación de investigadores educativos”. Plaza
            y Valdéz. México.















 

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